Un zorro colorado se oculta entre la flora de la estepa patagónica |
Sin embargo en la Patagonia también es un animal repudiado:
en el 2011 se pagaba 100 pesos por cada cuero al peón que combate al zorro
colorado. Los gobiernos provinciales y la sociedad rural promocionan la caza de
esta especie para proteger la extensión ganadera. Sin embargo el zorro colorado
está lejos de extinguirse.
Es el zorro colorado una variante de la especie de cánidos
que se extiende a lo largo de Sudamérica. No obstante, es en la Patagonia donde
encuentra su mayor extensión territorial hacia el este, favorecido por la baja
densidad demográfica y por la presencia de ganado de carácter extensivo que le
aseguran alimento durante todo el año y a lo largo y ancho de la región
austral. Se lo identifica de otras especies similares (como el zorro gris, de
menor tamaño) por presentar una coloración rojiza en las patas y en la cabeza,
mientras que el vientre, cuello, boca y lomo son por lo general de color
blanco, gris y negro.
Durante los meses de agosto y octubre es el tiempo de
apareamiento y reproducción. Por lo general nacen camadas de entre 3 y 5 crías,
pero en algunas ocasiones se han encontrado madrigueras con hasta ocho
ejemplares en guaridas naturales o cuevas construidas por ellos mismos.
A pesar de la presencia del puma (único predador natural del
zorro, aunque en una población notablemente reducida) y de la vocación de los
humanos por exterminarlos, el zorro se la ha rebuscado para continuar viviendo
entre los bosques y la estepa patagónica.
Su alimentación primordial son los roedores, liebres, aves y
carroña por lo que hasta el siglo XIX esta especie se lo encontraba reducido
sobre la franja de la cordillera andina. Pero la extensión de la ganadería
ovina y la introducción de la liebre europea le aseguró al zorro otros
alimentos en terrenos más hostiles como la fría e inhóspita estepa.
El zorro tiene hábitos solitarios. Recorre grandes
extensiones de campos abiertos, pastizales y bosques por lo general a partir de
las horas del crepúsculo y hasta el
amanecer en un terreno promedio de 10 kilómetros cuadrados. Sólo comparte el
territorio un macho y una hembra para fines reproductivos; y será el macho
quien se encargue de alimentar tanto a las crías y a la hembra llevando comida
a la madriguera.
El zorro es un animal celoso de su territorio y lo defienden
de otros ejemplares de su misma especie con su mayor ferocidad. En el extremo
de la cola, al final del pelaje oscuro, cuenta con una glándula odorífera que
utiliza para marcar su área de caza. Este amplio territorio no se solapa nunca
con otros zorros salvo para los fines reproductivos.
Su carácter sagaz y su astucia le sirven para incluso
quitarle la comida a otros animales mayores como el propio puma, lo que ha
generado la admiración de los naturalistas. Su hábito de caza se caracteriza
por una especial cautela para identificar su presa, paciencia para encontrar el
momento oportuno y acercarse de manera sigilosa, casi imperceptible ayudados
por sus sentidos de la vista, el olfato y el oído agudamente desarrollados. Al
momento de atrapar su alimento, el zorro es letal y puede alcanzar una
velocidad de hasta 50 kilómetros por hora.
Más allá de que los gobiernos locales y las sociedades
ganaderas buscan alternativas para “el control y monitoreo” de la especie; los
estudios muestran que el despoblamiento de las estancias y la estepa ha
contribuido a que nuestro envidiable zorro colorado haya incrementado su
presencia en la Patagonia en la segunda mitad del siglo XX.
Los estrategas de la ruralidad han propiciado la caza
furtiva, diseñaron pinturas disuasorias para maquillar a las ovejas, sembraron
de trampas la región, colocaron alambres especiales y hasta matan las crías en
las madrigueras. Pero a pesar de todo el esfuerzo del hombre, el astuto zorro,
cuando comienza a ocultarse el sol, entre las matas achaparradas, y confiado en
sus agudos sentidos, sale a conseguir su presa, cauteloso y paciente, para
salirse una vez más con la suya.
Mantienen un espacio de caza de 10 kilómetros cuadrados; solitarios y nocturnos |
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