
Algunos parecen mayores y no sólo por su tamaño: las cubiertas repletas de sistemas, guinches, rondanas.
En uno se delata otro alfabeto, de otro hemisferio pero sucumbido en estas latitudes.
Las piedras empujadas por la marea van cubriendo minuciosamente los fierros mientras simultáneamente se pican por la sal. Mallas de tela cuelgan por la popa del "María Dolores", las gaviotas se posan en los mástiles y una paloma se cuela por la ventana rota del puente del "Santa Clara". Desguazados pacientemente por el mar.
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