En Puerto Madryn deseamos apurar el verano. Esta cosa de
primavera cálida y costa ventosa nos deja derrumbados y sin opciones: no nos
gusta quedarnos en la casa porque el calor mata, pero tampoco podemos
estirarnos horizontalmente en la playa, pues el viento nos llena de arena y nos
pone la piel de gallina. Entonces, como mucho, nos conformamos con caminar por
la costanera, ir hasta el Indio y desilusionarnos con su petrificado taparrabo,
y ya no mucho más; que a decir verdad es bastante si nos aferramos a la fama de
fría e inhóspita que tiene la Patagonia.
Pero el calendario gregoriano es pesimista: recién es 30 y
queda casi una luna entera para que llegue la tan ansiada estación estival.
Igualmente, y a los fines de dar vida a estos textos
sureños, vale repasar cómo están los preparativos en la ciudad del golfo para lo que entendemos como su época más jovial.
El municipio, bajo la gestión de- Sastre, incorporó a su
staff de pituquería una serie de carteles luminosos que adornan la costanera y
que se suman a los más altos y también pitucos que fueron instalados el año
pasado en las ocho bajadas principales de la playa. A la comuna local le cuesta
horrores pagar salarios (este mes que se termina los municipales cobraron el
19), pero lejos de bajar el copete, la gestión de- Sastre saca pecho de sus
carteles y soberanamente los bautizan: son los “Tótem”. Piza y champan.
Pero para ser justos, no todo es culpa del petiso, pelado y
mellizo mandatario local: resulta que ninguno de los diez
boliches-restoranes-confitería-paradores pagó el canon de concesión de los
negocios de playa: los gerentes no pagan y entonces el intendente lo pensó así:
“Si ellos no pagan, yo tampoco”.
La reunión de gabinete en que se trató la cuestión fue
memorable --según filtró un alcahuete--: Sastre preguntó a sus cortesanos: “¿Quién
pagó el canon?”, a lo que el secretario de Gobierno Enrique “Quique” “Pelos”
D´Astolfo se adelantó a todos y respondió: “¡Nadiesss!”. Pero claro; mientras no pagan el canon hay algo que los paradores, sobre todo de aquellos que tienen parador y también medios de comunicación, retribuyen a honrar lo que pomposamente denominaron "acuerdo político": yo no pago el canon pero pongo tu gacetilla en página 3.
Tan mal está todo en Puerto Madryn que las
ballenas hicieron las maletas antes de tiempo (en octubre ya no quedaba ninguna
en el vientre del golfo Nuevo).
Así las cosas, quienes quedamos sobre los márgenes del
empleo público local, esperamos que el tibio sol termine de recalentarse de una
buena vez y el viento primaveral de la costa atlántica nos de una nueva tregua.
Todos queremos apurar el verano, queremos apurar el tiempo, excepto claro, los
municipales que no saben cuándo van a volver a cobrar porque hace once días
recibieron su sueldo y este mes tendrían que aspirar a cobrar no sólo en
término, sino también con aguinaldo.