sábado, 22 de febrero de 2014

Engrudo

En un balde con agua se agrega harina, sin volcar demasiado, siempre gradualmente y revolviendo para evitar que se formen grumos. El líquido lechoso tiene que resultar homogéneo, pero hay que tener en cuenta que cuando uno deje de revolver, mientras la fórmula no esté cocinada, la harina se irá depositando en el fondo del recipiente por lo que luego tendrá que repetirse la operación un segundo antes de producir la mezcla.
En una cacerola se pone agua a hervir, y en otro balde aparte se vuelca soda cáustica. Es importante que se revuelva una vez más el recipiente de harina y agua para que el líquido vuelva a quedar homogéneo. Luego, cuando el agua al fuego rompa en hervor se la vuelca en el balde con soda cáustica (esta operación se realiza al aire libre y evitando inhalar la nube tóxica que emana cuando el agua caliente se mezcla con la sustancia química).
Finalmente se mezclan los dos baldes que repetimos uno tiene agua y harina disuelta, y el otro agua hervida con soda cáustica. La función del segundo balde es cocinar el engrudo, y será de mejor calidad cuando sea un moco levemente viscoso.
La viscosidad hará que los afiches se peguen mejor en cualquier superficie, incluso en paredes o postes de maderas muy porosas.

Es necesario esparcir el engrudo con algún tipo de cepillo o brocha de pintor, y se recomienda utilizar guantes de látex o goma porque muchas veces la piel resulta alérgica o incluso la soda cáustica puede causar quemaduras si se expone directamente.      

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